Como siempre, cada vez que la Selección pierde o simplemente juega mal (aunque gane), comenzamos a despotricar contra jugadores, cuerpo técnico y federativos.
Si soy honesto, les diré que en la mayoría de veces comparto esa línea de críticas, pero pensando bien las cosas, el problema va más allá de eso.
El problema es la mentalidad y no sólo de los jugadores, sino de todos (o la gran mayoría de hondureños), por eso estamos como estamos.
Actitudes como la de Alfredo Mejía, de quitarse la camisa para celebrar sabiendo que se ganaría una amarilla, o como Ramón Núñez que quiere llevarse él la grloria en lugar de dar un buen pase, son nada más un reflejo de lo que vivimos en nuestro día a día de este lindo país.
Pero como a ellos los mira todo el mundo, por eso aprovechamos para tirarles duro.
Sería bueno, que así como exigimos precisión en los pases, entrega en cada entrenamiento, actitud triunfadora en todos los juegos y sobre todo humildad, nosotros también lo pongamos en práctica en cada área de nuestras vidas.
Honduras es un país cinco estrellas, de nosotros depende que salgamos adelante en todo.
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